7. Una rubia con tacones

Las horas pasaron volando y Soledad y, esta vez, Lluc se reunieron otra vez en los casting, para intentar encontrar a la perfecta Maite.

Las puertas se abrieron y unas diez chicas entraron casi a la vez. El equipo les indicó que esperaran fuera y todas aceptaron menos una. Destacaba entre la multitud. Llevaba unos tacones de cinco centímetros, unos pantalones pitillos rosa chicle, una camisa blanca que debía ser unas tres tallas menos de la que debería llevar, un chicle en la boca, unas gafas de sol que tenían las tallas que le faltaban a la camisa, unos pendientes de aro y una larga melena rubia.

-Sorry chicas! Soy the One, así que empiezo the first, no?- Se acerco a Soledad y le petó la burbuja de chicle a cinco centimetros de ella.

Soledad tuvo un flashback del pasado.

Se veía a ella misma pero con unos años menos en el patio del colegio.
Una burbuja de chicle le petó en la boca.
-¿Pero quien hay aquí? Si es la mismísima Soledad “Dientes de conejo” ¿Te has comido ya las zanahorias?...”

Risas. Burlas colectivas. Sólo escuchaba eso.

-¡Soledad! ¿Soledad? ¿Hola, estas bien?

Soledad se recuperó.

-Sí,sí. ¡No! Tú te has de esperar fuera como el resto, no ibas a ser tú más que las demas. ¿Deborah Jerkeis?

Una débil voz sonó desde el principio de la cola.

-Si, soy yo. Pero que me puedo esperar.
-¡No! Pasa, pasa. La señorita...- Soledad indicó a la rubia su nombre.
-Sr.Herkel, Sydney Herkel.
-La señorita Herkel hará el favor de esperarse fuera como las diez chicas más.
-Claro...


1 comentario:

  1. Me ha encantado, sigue escribiendo! Por cierto, tienes un premio en mi bloog! Besoos!

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